“Tres mujeres caminaban siempre con el Señor: María, Su Madre; la hermana de ésta y Magdalena, que es denominada «Su Compañera». Así, pues, María es Su Hermana, Su Madre y Su Compañera.” (Del Evangelio de Felipe)
Shalom laj Myriam.
Inspiración de Dios, una parte de dos de su Sagrada Respiración.
Inhalación divina.
Madre, hermana y esposa.
Sagrado femenino en mí.
Siempre en segundo plano, ahora te empiezas a revelar con toda tu fuerza matrística.
Útero santo en el que siempre he podido cobijarme. En él me esperabas cada noche con una llama encendida.
No hay esencia crística sin ti, eres Cristo, Krisma con el Sagrado Masculino.
Yeshua, exhalación de Dios. Amado. Palabra alentada, dicha pronunciada.
Myriam santa, Santo Grial, copa vacía que recoge la gracia. Llena de gracia.
Amada en el Amado transformada. Amado en la Amada transformado.
No hay uno sin dos. Dos en el Uno.
Amada y Amado, y en medio el flujo Santo y Real, formando una nueva criatura.
En vuestro tálamo sagrado se consuman los tiempos, se da completitud a todos los procesos, se cierra la historia.
De vuestra cohabitación nazco de nuevo.
Myriam Kadosha.
Ahora reconozco tu fuerza en mí que me invita a la integración definitiva,
a reunificar las piezas
a dejar de luchar,
a quitarme la armadura
y a volver a mi Centro.
A esa fuerza me entrego,
contigo danzo.
Seas en mí. Seas en mí. Seas en mí.